¿Por qué escribo?

¿Por qué escribo?



Bueno… Tal vez, porque como el chico de 17 años que soy, escribir es lo más sublime que soy capaz de urdir.

Escribo por necesidad, porque cuando lo hago siento que respira mi alma. Escribo para dejar a mis dedos expresar lo que mis inaudibles palabras callan.

Escribo porque soy introvertido, porque acostumbro callar lo que siento, porque detesto hablar en público y decir aquello que pienso. Lo hago para pasar inadvertido, para ser anónimo y quedar en el olvido.

Escribo porque escribiendo puedo alterar la realidad y crear un universo distinto. Porque escribiendo puedo ser el héroe y no el villano de mi historia. Porque escribiendo tengo la opción de redimirme, de cambiar mi historia, de ser quien siempre he querido ser (yo...). De estar donde siempre he anhelado estar (tu corazón). De decir lo que amargamente he callado (que te amo). Escribo porque escribiendo puedo cambiar la historia y escribir un final alterno. Escribo para felizmente terminar este cuento. Este cuento, al cual acostumbramos llamar vida, y al susodicho finalmente convertirlo en gloria. Punto.

Si me preguntas, no se trata de técnica, estilo o estética. De hecho, irónicamente, no sé de qué se trata. Solo escribo porque es algo que codiciosamente pide mi alma. Tal vez escribo porque al hacerlo no importa el mundo exterior, la narcisista sociedad que nos asedia. Porque a pesar de que la tinta sea negra, mis pensamientos al escribir son claros y en el papel mis sentimientos se reflejan.

No escribo porque me deleite o porque me guste, más bien lo hago porque es mi entidad, mi carácter, mi esencia... Escribo porque es quien soy, porque mi alma se emociona y mis dedos al hacerlo en éxtasis entran. Escribo porque mi corazón y mi alma son escribir, y si dejase de hacerlo creo que dejaría de existir.

En resumidas 'letras', escribo porque como dije anteriormente es lo más sublime que soy capaz de hacer.

¡Sí, claro, por supuesto! ¡Por eso escribo!

(En estos instantes una sonrisa descarada ilumina mi rostro dejando entrever la antítesis del caballero que soy)

¡Aja! - Dices tú.  

Está bien. Diré la verdadera razón por la que escribo, lo diré porque creo que todo lo que he dicho anteriormente no ha sido suficiente y aún te cabe la duda. Solo déjame tomar un respiro y borrar esta astuta sonrisa.

¿Por qué escribo?

¡No nos engañemos! La verdadera razón por la que escribo eres tú. Solo que a mi parecer mereces tu propio espacio, una hoja en blanco y una tinta de otro de color…

Otro momento. Tal vez un adiós.

Comentarios